Hoy, cuando aún nos estamos felicitando por el éxito que, año tras año, siguen cosechando las reivindicaciones vinculadas al 8-M, Día Internacional de la Mujer, lo cierto es que hay que reconocer que aunque se han logrado importantes avances, la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres está lejos de ser una realidad.
La ciudadanía ha vuelto a dar una magnífica respuesta ante la manifestación convocada en Jaén, el pasado 8 de Marzo y, hombres y mujeres, salieron a la calle para exigir la igualdad real y efectiva, la adopción de medidas que nos sirvan para combatir la discriminación hacia las mujeres, la brecha salarial y, por supuesto, que nos sirvan para erradicar la violencia de género.
Así, a pesar de que el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres están consagrado en el artículo 14 de la Constitución Española, lo cierto es que la realidad dista mucho de ese mandato constitucional. Esa desigualdad social y laboral que nos afecta a las mujeres es, a día de hoy, una evidencia justificada sobradamente en base a numerosos datos estadísticos pero es imprescindible realizar un análisis en profundidad las causas que provocan esa desigualdad para avanzar en la búsqueda de soluciones y ello porque, en definitiva, la existencia de la desigualdad laboral nos condiciona otros muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, puesto que nos impiden el ejercicio libre de otros derechos y, en ocasiones, pueden llegar a obstaculizar elecciones vitales.
Una de las razones de esa desigualdad es la diferencia entre lo que cobran, de media, los hombres y lo que cobramos las mujeres; es diferencia es la brecha salarial y está provocada por diversos factores:
- La cultura empresarial de la disponibilidad plena no sólo como determinante de la aplicación de pluses y complementos retributivos sino como una factor clave del desarrollo profesional. Al ocuparse la mujer en mayor medida de los cuidados, esta cultura del “presencialismo” supone penalizar la maternidad.
- El reparto no equitativo de las responsabilidades domésticas entre hombres y mujeres.
Es significativo el hecho de que de las más de 6.600 excedencias por cuidado familiar presentadas en Andalucía, el 93,20% corresponden a mujeres y apenas un 6,8% han sido solicitadas por hombres.
Pero es más, la conciliación supone a las mujeres una pérdida real de opciones profesionales, poder adquisitivo y desarrollo de sus carreras profesionales y es que, de cada 100 mujeres que deciden ser madres, 3 son despedidas, 7 renuncian al empleo y 35 solicitan reducción de jornada y sueldo.
- Infravaloración social y económica del trabajo doméstico y del empleo que realizan las mujeres, vinculado en un elevado porcentaje al sector de cuidados.
Nadie debería quedar indiferente ante la abrumadora realidad que arrojan las estadísticas:
- En el año 2008, la brecha salarial de género era del 21,78%.
- Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2016 -últimos resultados publicados-, la brecha salarial se sitúan en el 21,87%.
- En Andalucía, los datos no son mejores y es que la brecha salarial se sitúa en torno al 24,3%, lo que supone que, según datos de UGT Andalucía, 1.223.225 mujeres dejan de percibir 5.849,45 euros al año.
- En la provincia de Jaén, las mujeres soportan una brecha salarial de un 17%, lo que supone un porcentaje ligeramente inferior a la media autonómica.
Hoy, ya no es 8 de Marzo, ya no es el Día Internacional de la Mujer pero hoy, como el resto del año, las mujeres necesitamos que la protección de nuestros derechos continúen estando en el centro de la agenda política; debería ser una responsabilidad compartida en la que se impliquen todas las fuerzas políticas y sociales y no un motivo de confrontación política.
Africa Colomo @AfricaColomo
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