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Pasado, presente y futuro del autoconsumo en España:

Por@GuadalquivRadio

Sep 18, 2019

¿Cómo ha evolucionado?

La fotovoltaica se ha abierto camino en España gracias al autoconsumo. De acuerdo a los datos de Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en 2018 se alcanzaron los 261,7 MW (megavatios) de potencia nueva, un 94% más con respecto a 2017. La cifra sigue aumentando y es que el 90% de este incremento proviene de las instalaciones fotovoltaicas. 

¿Qué es el autoconsumo fotovoltaico?

El autoconsumo fotovoltaico  no es más que la utilización de placas solares para la producción de energía propia, usada para la calefacción, luz y agua caliente sanitaria. Su instalación en los tejados de los edificios o de los negocios responde a la preocupación del Gobierno y de la sociedad española por ahorrar y fomentar el consumo de fuentes energéticas limpias y respetuosas con el medio ambiente.

El funcionamiento del autoconsumo es sencillo. Las placas solares transforman la energía del sol en electricidad. A través de las baterías que llevan incorporadas, es posible acumular los excedentes generados por el día para que sean aprovechados durante la noche.

¿Cuál ha sido la evolución del autoconsumo fotovoltaico en España?

Es probable que el término autoconsumo o energía sostenible no se  incluyera con asiduidad en las conversiones hace más de una década, pero a día de hoy es frecuente escucharlo en los medios de comunicación o debates políticos.

Su inclusión comenzó en 2011 con el RD1699/2011. Este Real Decreto incluía la regulación de la conexión a la red de instalaciones energéticas de pequeña potencia. De esta forma, se abrió la veda a la posibilidad de que el usuario pudiera autoconsumir su propia energía, lo que se tradujo en la entrada de las primeras placas solares en las viviendas.

El punto de inflexión llegaría con la aprobación por parte del Partido Popular del Real Decreto 900/2015, más conocido como el Impuesto al Sol, mediante el cual se gravó el autoconsumo de energía a través de los paneles fotovoltaicos. El que era ministro de Industria, Energía y Turismo del Gobierno español, José Manuel Soria, sostuvo que este peaje era un “impulso a las renovables”, mientras que los detractores rápidamente manifestaron que suponía un obstáculo al desarrollo de estas energías.

Algunos consumidores estaban exentos del pago de este impuesto, siempre y cuando:

  • No tuvieran una potencia contratada mayor a los 10 kW
  • La instalación de autoconsumo se hubiera llevado a cabo en Canarias, Ceuta y Melilla

Sumado a ello, los consumidores de las Islas Baleares también se podían beneficiar de descuentos al acometer la instalación.

El 5 de octubre de 2018, la celebración entre los usuarios de instalaciones fotovoltaicas se escuchó por todo lo alto. El Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto en el que se derogaba este impuesto que se imponía a los autoconsumidores por la energía generada.

Así, la industria ha visto la luz todavía más este año con la aprobación del autoconsumo compartido, de manera que toda una comunidad de vecinos se puede beneficiar de la energía obtenida si instalan placas solares comunes.

El sector mira a lo que resta de 2019 con optimismo, consciente de que los índices sólo pueden ir hacia arriba. Bajo este nuevo escenario, desde UNEF, tal y como argumentan desde El País se esperan instalar en España “entre 400 MW y 500 MW de autoconsumo anualmente”.

¿Cuáles son las diferencias en autoconsumo con los países vecinos?

No hay duda que el camino hacia el autoconsumo en España es más recto que nunca, pero la realidad es que los países vecinos llevan kilómetros de ventaja.

En el caso de Portugal, en el que el mercado eléctrico guarda muchas similitudes con el modelo español, en enero de 2015 ya aprobó una medida para que no fuera necesario realizar ningún trámite siempre y cuando la instalación de autoconsumo no superase 1,5 kW.

En Francia, se estableció un incentivo a la instalación de paneles fotovoltaicos durante cinco años. Las menores de 3 kW recibían un importe de 1.200 euros, 240 al año, y las mayores, 2.000 euros (400 cada año).

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