El cancerbero noiés apuesta por la permanencia de su equipo “creo que la merecemos” y aunque no cuenta con minutos de juego la intención es la de “ayudar al equipo y seguir trabajando” y en ello está.
El comienzo de Yago Balsa en esto del fútbol sala no difiere mucho del resto de sus compañeros “empecé, como todos, de pequeño en el colegio” lo que sí puede ser diferente es la elección de defender la portería “de pequeñito jugaba de cierre pero estando en el colegio se marchó el portero y como nadie quería quedar me ofrecí yo. Además me garantizaba jugar, pues el portero era el único que jugaba todo el partido”. A partir de entonces, no salió bajo los palos y como guardameta entró en el Azkar de Lugo con 11 años (categoría alevín) en donde estuvo 8 años. El club lucense fue quien le dio la oportunidad de debutar en Primera División. Yago contaba con 18 años. En el banquillo, uno de los entrenadores referentes del fútbol sala gallego, Diego Ríos.
Luego por temas económicos el equipo desapareció y Yago recibiría la llamada de Mon Barreiro para jugar en el Santiago Futsal con el filial y como tercer portero del primer equipo, que militaba por aquel entonces en Primera División. Una llamada que dio un giro a su vida “cambié de carrera y me vine a estudiar para Santiago”, en donde Yago tiene familia, pues a pesar de criarse en Lugo, el cancerbero nació en la capital de Galicia. En el club compostelano estuvo durante 3 años hasta que “el Santiago decide deshacerse del filial y tampoco cuentan conmigo, me llega la oferta del Noia, y empiezo a entrenar aquí en donde me encuentro muy a gusto”. Pero precisamente en Santiago es donde el cancerbero pasará una de sus peores épocas como jugador y es que “tuve muy mala suerte con la lesión que sufrí porque estuve prácticamente parado y eso me frenó bastante”. Con el Noia Portus Apostoli esperaba adquirir la regularidad perdida “sinceramente, creo que no tuve la oportunidad, ¿la he merecido?, pues a lo mejor tampoco”. Sincero y honesto Yago Balsa considera que su etapa actual es uno de sus peores momentos a nivel deportivo, junto a la lesión de la que nos habló con anterioridad, “porque todo el mundo quiere jugar, quiere competir al máximo nivel y no lo estoy consiguiendo bien sea porque no cuento para el mister bien sea porque no estoy en mi mejor nivel pero lo que intento es poner mi mejor cara y seguir trabajando a tope todos los entrenamientos”. Y de eso no cabe duda pues si algo tiene Yago Balsa es predisposición a ayudar.
Una etapa que empezó con mucha ilusión en la que debutó en Copa Rey y Copa Galicia pero Yago, siempre honesto, “sé cuál es la dinámica de un portero y soy consciente de la situación; sé que estoy jugando con dos porteros muy buenos como Carlos y Brais y es complicado; pero estoy tranquilo con el trabajo que estoy haciendo”.
Yago es un joven positivo y optimista, además de trabajador y luchador por eso, aunque nunca antes se había marcado meta alguna porque “no esperaba haber llegado tan arriba como he llegado” ahora se ha puesto la de “encontrar un equipo en el que obtener regularidad y jugar. Si es un ‘primera’ sería magnífico, para entrar en su dinámica pero entiendo que lo tendría más fácil en un ‘segunda’ porque soy un portero joven, competir que es lo que me gusta y sobre todo disfrutar del futbol sala”.
Yago recuerda su mejor momento en este mundillo cuando debutó en División de Honor con el Azkar “es el momento más especial que recuerdo. De hecho, no sabía que iba a debutar hasta el calentamiento. Llega Xabi, preparador de porteros, y nos pregunta a Mendiola y a mí… ¿sabéis cómo va la dinámica, no? Me quedé muy sorprendido y me tocó jugar la primera parte a mí y luego entró Mendiola. No me puse nervioso porque lo asumí como un premio a mi trabaj, pero siempre tienes miedo de liarla; pero ese momento fue súper bonito”. Por eso cuando le preguntamos por un equipo Yago no duda en contestar “Azkar”, un entrenador “Diego Ríos y Xabi, mi referente como entrenador de porteros”, y un jugador “Mendiola por su manera de jugar, bajo palos es muy reactivo y transmite mucha seguridad”. Y es para Yago lo mejor que le ha dado el fútbol sala son “las amistades que creas tanto a nivel de jugadores como de entrenadores. Es un mundo que está muy relacionado y las amistades que se forjan es lo mejor que te puedes llevar”.
Balsa también tiene bagaje como entrenador, “empecé con Xabi, mi padre deportivo, en la escuela de porteros de Lugo Sala el primer año que la montan. Cuando me vine a Santiago me lo ofreció Mon que me puso al frente de un equipo de psicomotricidad”. Y a partir de aquí todo vino rodado, entrenador de la Selección Infantil Femenina de Santiago, en la que lleva al frente dos años, razón por la cual espera que cuando cuelgue los guantes, para lo cual queda mucho debido a su juventud “quiero vivir el fútbol sala desde el banquillo con los niños”.
Centrándonos en la actualidad Yago Balsa espera que “consigamos el objetivo de la permanencia, creo que la merecemos”. Aunque no cuenta con minutos en los partidos la intención es la de “ayudar al equipo y seguir trabajando”, actitud que dice mucho el tipo de persona que es “una persona alegre a la que gusta pasárselo bien en todo lo que hace. Soy tranquilo para algunas cosas y muy nervioso para otras que son aquellas que no puedo controlar” y en parte esta personalidad se refleja en la pista “no sé si soy todavía más nervioso, pero sí muy intenso. Intento estar muy conectado en el partido, todo el rato dando instrucciones y moviéndome”.
Llegamos al momento que más nos gusta, y es el de las manías y supersticciones “no tengo manías especiales, pero sí ciertos rituales sobre todo a la hora de vestirme. Siempre me visto de la misma manera porque los porteros tenemos tanta ropa que ponernos… Empiezo por la espinillera izquierda, luego la derecha, rodillera izquierda, luego la derecha…, es decir, alterno este orden pero siempre empezando por el lado izquierdo. Y con el vendaje me pasa lo mismo, si bien es cierto que en este aspecto soy mucho más maniático, me gusta que esté bien apretado y que tenga una medida relativamente igual en las dos muñecas. A la hora de saltar a la pista ídem de lo mismo y lo primero que hago es colocar la portería, toco los palos y luego voy hasta el borde del área”.
Yago Balsa no mira más allá del hoy, por eso ni tan siquiera se plantea a estas alturas de la película en que equipo le gustaría finalizar su etapa de jugador “la verdad es que ahora mismo Azkar ya no existe, aunque sí Lugo Sala que cogió su relevo. Santiago no lo veo y Noia nunca se sabe. Con 23 años es muy complicado decir en qué equipo quieres colgar las botas, porque mi trayectoria es corta”.